Las cuidadoras de Caracas

Las cuidadoras de Caracas

En Caracas existen miles de personas que dependen de la ayuda de otra para ser capaces de cumplir con las exigencias que el día a día impone a todo ser humano. El envejecimiento en las sociedades nos plantea  la problemática que conlleva la atención de personas dependientes. El trabajo del cuidado se considera algo inherente a toda cultura y es la mujer quien a lo largo de la historia ha sido la responsable de velar por la salud familiar. Esta lo asume como un compromiso moral, marcado por el afecto, con un costo social alto, una responsabilidad, una tarea impuesta. La mayoría de las mujeres asumen este rol no remunerado e invisibilizado como una obligación que se debe ofrecer de manera natural por parte del género femenino.

 

Nuestra sociedad ha adjudicado a la mujer, en la mayoría de los casos, el trabajo del cuidado, y eso ha marcado la vida de muchas. Un papel postergado y a veces inapreciable que representa la subsistencia de la desigualdad de género. Existen situaciones en que las cuidadoras son familia del dependiente, unas lo hacen de forma obligada y otras voluntaria. En el caso de las empleadas, estas trabajadoras se convierten en la prolongación o en sustituto de los miembros de esa familia en el hogar.

 

Las relaciones dependiente-cuidadora crean complejas historias que marcan la vida de quien provee el cuidado. La sobrecarga de trabajo implica problemas en su salud mental y física, así como repercusiones económicas, familiares, sobre sus relaciones sociales y su tiempo libre. La sensación de soledad y desolación es un componente común en la mayoría de los casos. Las mujeres al asumir esta responsabilidad y aceptar el deber moral y social de hacerse cargo, dejan de lado sus aspiraciones. El tiempo que ocupan proporcionando cuidados impiden su acceso al mundo laboral y la posibilidad de mejorar su estatus socioeconómico.

 

Las cuidadoras son un grupo vulnerable de nuestra sociedad que merece una mejor calidad de vida. Esta serie de retratos fue tomada en las habitaciones de las personas dependientes. Las mujeres cuidadores siempre dan, muchas veces sin recibir nada a cambio, ¿quién se ocupa de cuidarlas a ellas, que siempre cuidan?